Ateneo de San Bernardo: presencia presente
La pandemia nos ha motivado a extremar los cuidados de nuestra salud, pero -enhorabuena- no ha detenido nuestra veta creativa.
Escritores ateneístas han compartido material interesante en las últimas semanas en sus distintas redes. Sabemos que el Ateneo de San Bernardo está conformado por talentosas plumas y, en el mismo sentido, hemos querido seguir en la senda de la virtuosa divulgación iniciada en los primeros días de la presente alerta sanitaria.
Ya el 21 de abril y el 10 de julio pasados compartimos artículos asociados a esta prodigiosa obra. Tal como señalamos en esas ocasiones, nuestro "voluntómetro" creativo, pese a las restricciones a las que nos han obligado los cuidados de la pandemia, goza de muy buena salud.
Semana a semana compartiremos letras de nuestros exponentes, entre otras sorpresas. En esta ocasión incluimos una poesía que es parte del vídeo "Letras del Ateneo de San Bernardo" ("Celebrando sus 100 años de vida", ver enlace más abajo). Se trata de un texto de Mario Arroyo en la voz de Fernando Reyes Franzani. "Esa es una buena semblanza del San Bernardo de esa época", señala Fernando al final de su registro, que recuerda a Arroyo:
Junto a calles umbrosas donde el ayer domina
silenciosas lagunas que quietud conventual surge
vivo contraste, denso fragor de un cine adonde es nervio y es músculo la canción del metal
juveniles amores se dan cita en la esquina de la plaza, a las notas de una banda marcial
y a través de los años arrogantes empinaron Domingo Eyzaguirre hecho bronce inmortal
Cuando llega septiembre dulce sol, tierra buena, pintan bellos chamantos los faldeos del Chena
y es espontánea, alegre, la fiesta popular
Un avión hace alarde de agilidad celeste
Y aquí abajo el movible rumor del agua agreste balbucea las notas del olvidado cantar
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VIDA" https://www.youtube.com/watch?v=rM5aE2UZXNw&feature=youtu.be&fbclid=IwAR1d6I2V-R0iY8PfJIVxUxvdUb8tb-GfXcFckGV8aennvl3U4aAuyK3IyKo