Ateneo de San Bernardo: 104 años de historia literaria viva
Por Gonzalo Figueroa Cea
La llama creativa del Centro Literario Ateneo de San Bernardo, impulsada por figuras como Manuel Magallanes Moure y Augusto D'Halmar en 1919, exhibe hoy, un siglo y fracción después, la contundente realidad de un grupo de escritores y escritoras que no solamente sostiene reuniones con bastante regularidad, sino que dialoga, cambia el mundo con las palabras, narra, recita, crea y organiza actividades para difundir sus obras.
El Ateneo también participa todos los años -y en forma destacada- en el concurso municipal que fomenta el mundo de las letras en San Bernardo, ha lanzado libros, ha sido protagonista en eventos folclóricos -como el tradicional festival comunal y la gala de Los Chenitas- y ha tenido un rol relevante en un reciente taller de radio. En bloque son admirables e individualmente llevan el nombre de la organización bien alto. En otras palabras todos y todas para uno y unas, y viceversa.
Añadido a este virtuoso repertorio de actividades regulares, debemos agregar el lanzamiento inminente de una nueva edición de la revista literaria de la organización, "Aurora Boreal de Chile", una publicación de colección dirigida por Nelly Salas, presidenta del colectivo. La contribución de ella no se reduce al Ateneo (donde su función es clave, sin dudarlo) sino que se extiende a actividades asociadas a la Sociedad de Escritores y Escritoras de Chile (Sech), una entidad que aporta un potencial al centro literario sanbernardino y al ámbito de la narrativa y la poesía nacionales en general. La Sech es claramente una gran vitrina y un socio estratégico indiscutible.
Este es un año cargado de simbolismos: son los 50 años del golpe de estado cívico militar que, junto con golpear a la democracia y derricar al gobierno del presidente Salvador Allende, significó un contundente repertorio de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
La dictadura golpeó fuerte, pero no acalló al mundo del arte, donde la literatura se erigió justamente como la disciplina que pudo exponer de manera más directa los pormenores de esa historia dolorosa. Las letras son el lenguaje, el puente más universal. En efecto es memoria viva y allí tenemos como escritores y escritoras una tremenda responsabilidad.
Dispondré acá de un espacio que, además de exponer la obra de los ateneístas, seguirá siendo la principal fuente informativa de la organización con el respaldo de sus redes sociales y, a su vez, un aliado para ese producto maravilloso que es "Aurora Boreal de Chile".
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